domingo, 25 de noviembre de 2007

La Venus del Espejo en la inaguraciòn del Prado .

La Venus del Espejo en MadridEl Museo del Prado celebra su 188 aniversario con una exposición dedicada al artista que mejor encarna su identidad, Diego Velázquez, del que muestra la faceta de pintor narrativo en "Fábulas de Velázquez". La exposición exhibe 28 pinturas del maestro sevillano, doce de ellas prestadas, entre las que se encuentra la emblemática "Venus del espejo", junto a 24 obras de otros dieciséis artistas. La muestra comienza con "Cristo en casa de Marta y María" y acaba con "Las hilanderas", obras "complejas y singulares que tienen mucho en común", ya que lo que las convierte en pinturas de historias está al fondo, en un segundo plano y, en ambas, Velázquez hace un homenaje a la tradición histórica, destacó el comisario de la muestra, Javier Portús. La exposición supone un claro progreso en el conocimiento de Velázquez y sus experiencias narrativas. La muestra se centra en una nueva forma de creación que no había sido aislada antes en una exposición. Hubo palabras especiales para "La Venus del espejo", a la que considera una pintura "absolutamente singular desde todos los puntos de vista. Obra maestra con calidad estética y original composición". Esta obra es uno de los atractivos de la exposición, ya que es una de las más emblemáticas del maestro sevillano que se conservan fuera de España, en la National Gallery de Londres. La pintura fue exhibida por última vez en el Museo del Prado en 1990, con motivo de la antológica dedicada a Velázquez.Las obras seleccionadas para "Fábulas de Velázquez" permiten además de explorar su faceta como pintor de historia, apreciar el contexto creativo en el que realizó algunos de los trabajos más significativos de su carrera

Medio millón por una cámara

Es una Leica, que pertenece a una serie limitada lanzada al mercado en 1923. La compró un coleccionista europeo en una subasta realizada en la galería WestLicht de Viena. Una cámara de fotos de bolsillo marca Leica, que pertenece a una serie limitada creada en 1923, se vendió por 336.000 euros (unos 492.300 dólares) en una subasta de la galería WestLicht de Viena. La cifra es la más alta pagada por un modelo de ese tipo. El comprador es un coleccionista privado europeo que convirtió la Leica de color negro con número de producción 107 "en la cámara compacta más cara del mundo", aseguró un vocero de la galería. El modelo formaba parte de la "serie 0" de 21 aparatos experimentales creados para comprobar en el mercado la aceptación de las cámaras de pequeño formato. Otra característica que hizo aumentar su valor por su rareza es que fue la primera Leica en ser exportada, cuando fue enviada a Nueva York para inscribir el modelo en el registro de patentes.